Bonifacio de Saboya (1217 – 18 de julio de 1270[1]) fue prior de Nantua, obispo de Belley y arzobispo de Canterbury.
Bonifacio y su hermano mayor, el conde Amadeo IV de Saboya eran hijos de Tomás I de Saboya, conde de Saboya, y Margarita de Ginebra. No debe ser confundido con Bonifacio, Conde de Saboya, el hijo de Amadeo IV.
Bonifacio era prior de Nantua (1232-1253). Entonces fue preconizado obispo de Belley (1232-1243) en Borgoña y, en 1241, con la influencia de su sobrina, la reina Leonor de Provenza, esposa de Enrique III de Inglaterra, fue nombrado para encargarse de la archidiócesis de Canterbury.[1] Bonifacio, sin embargo, no fue a Inglaterra hasta 1244 y formó parte, en el año siguiente (1245), del Concilio de Lyon I. Allí, fue consagrado por Inocencio IV pero fue solamente en 1249 cuando volvió a Inglaterra y fue entronizado en Canterbury.[2]
Durante la segunda guerra de los Barones, Bonifacio empezó posicionándose a favor de la causa de los obispos ingleses contra las exigencias del Papa y del rey, pero poco a poco se aproximó a las posturas del rey. En 1262, se retiró a Francia, en donde se unió al legado papal en la excomulgación a los barones. Con el triunfo del Rey en 1265, volvió a Inglaterra.
Bonifacio fue llamado por el papa Urbano IV para reparar o reconstruir los edificios en Lambeth. La actual capilla inglesa del palacio es fruto de su trabajo. Murió en 1270, durante una visita a su tierra natal.
Es venerado como beato por la Iglesia católica, que le recuerda el 13 de marzo.
Referencias
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