El convento de Santo Domingo, llamado a veces convento de Predicadores,[1]​ es un antiguo convento de Estella (Navarra, España) emplazado sobre un monte a orillas del río Ega que le otorga una vista dominante sobre la ciudad.[2]

Historia

Fundación

Durante el XXXVII Capítulo General de la Orden de Predicadores, presidido por Humberto de Romans y celebrado en Toulouse en 1258, se decide fundar este monasterio navarro para los frailes dominicos amparados por el patrocinio del rey Teobaldo II de Navarra.[3]​ El papa Alejandro IV, mediante la bula "Licet is de cuius" del 20 de febrero de 1259, además de la licencia oportuna, «concedió cien días de indulgencia a todos los fieles que visitasen la proyectada iglesia en varias festividades». El obispo de Pamplona, Pedro Ximénez de Gazólaz dona un solar a la Orden de Predicadores, atendiendo la petición real, añadiendo cuarenta días de indulgencia a los fieles que oyesen sus sermones (16 de diciembre de 1260)». Teobaldo II, «sin reparar en gastos», impulsó la construcción del centro monástico: iglesia, sacristía, sala capitular, enfermería, locutorio, cocina, hospedería y dormitorio.[4]​ En 1265 las obras se encontraban muy avanzadas.[5]

Consolidación

El apoyo real recibido con el impulso fundacional se vio continuado durante los siglos medievales posteriores por otros monarcas y figuras pujantes cuyas contribuciones facilitaron nuevas construcciones añadidas a la primigenia. Así, por ejemplo, Felipe I y Juana I, reyes de Navarra y de Francia, donaron unos baños y una torre; Luis I, el Hutín, en 1307 manda a los judíos edificar un muro de separación entre la huerta conventual y la Judería;[6]​ Carlos III el Noble contribuyó con una residencia real dentro del convento que se terminó en 1422.[7]

Pero también Santo Domingo de Estella obtuvo el favor de otros notables como Nuño González de Lara, nieto de Alfonso IX de León que sufragó la construcción de las capillas de Santo Domingo y María Magdalena, el refectorio, la bodega y la portería, entre otros numerosos favores que contribuyeron a su crecimiento y mejora.[8]

Este decidido apoyo de la monarquía navarra al convento favoreció el posicionamiento del monasterio dentro de la orden dominica como se constató por la celebración dentro de sus muros de doce capítulos generales. Pero también fueron testigos de las reuniones de las Cortes de Navarra en repetidas ocasiones.

Durante estos años miembros de la comunidad dominicana aquí residente destacaron «en ciencia, humanidades, santidad y predicación sus monjes, alcanzando algunos gran notoriedad, como fray Miguel de Estella, predicador general de Navarra (1302), y provincial de Aragón (1305), o fray Pedro Hispano, portugués de origen, autor de las Sumulas Dialecticas, tan conocidas en el mundo y tan temidas en las escuelas.»[7]

A finales de la Edad Media la relajación de la regla hace mella en la comunidad llevando, en 1527, a que el prior del convento dominico de Vitoria intentara la restauración de la vida conventual separando el monasterio del capítulo provincial de Aragón para incorporándolo al de Castilla. A pesar de que no tuvo éxito, finalmente, durante el reinado de Felipe II se logra su incorporación a Castilla (1568).[7]

Abandono

Con la guerra de la Independencia española en 1809 la comunidad se ve obligada a dejar el monasterio hasta que se pudo regresar en 1814. Pocos años más tarde, entre 1821 y 1823, se repitió la situación. Finalmente, tras la desamortización de Mendizábal, pasó a dominio público en 1839. Durante las guerras carlistas fue utilizado con funciones cuartelarias y militares «y de ellas salió maltrecho y desbaratado.»[2]

En el Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra de finales de 1917 Julio Altadill daba noticia, gracias a la información del archivero municipal estellés, Pedro Emiliano Zorrilla, que se intentaba «una subasta de enajenación del antiguo y ruinoso convento de Santo Domingo, monumento en el cual coinciden las cualidades de histórico y artístico» al mismo tiempo que se anunciaba que varios vecinos de Estella reaccionaron anunciando que «nosotros compraremos esas ruinas; y cuando sean nuestras, se las cederemos a nuestro Ayuntamiento para que siempre se conserve enhiesto tan precioso vestigio».[9]

Por su abandono y degradación continua el conjunto muestra un estado de ruina en los años 60 del siglo XX en que se inician los sucesivos proyectos de restauración monástica y patrimonial del inmueble: en 1962 se realizan las primeras obras de conservación y entre 1965-1970 regresa una nueva comunidad dominica.

En la actualidad, tras una profunda restauración, es una residencia de ancianos del Gobierno de Navarra.

Arte y arquitectura

Se conservan la iglesia y un cuerpo del monasterio, ambos de estilo gótico y de nave única.

A finales del siglo XIX, Pedro Madrazo describía el conjunto:

A principios del siglo XX Torres Balbás afirmaba:

El mismo autor la describe entonces así:

Referencias

Bibliografía

Enlaces externos

  • «Santo Domingo I (Historia)». Estella.com.es
  • «Santo Domingo II (Arte)». Estella.com.es
  • «Convento de Santo Domingo de Estella». monestirs.cat. mayo de 2011. 

Estudios previos para el convento de Santo Domingo de Estella

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Mis fotografías Convento de Santo Domingo de Estella (Navarra) 03.JUN

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